DANA – GENEROSIDAD

DANA – GENEROSIDAD

Hay quien define la generosidad como el arte de dar y recibir disfrutando. Y esta es la clave: dar, recibir y disfrutar haciéndolo.
Tiene mucha importancia desde donde damos. Si damos desde el miedo, desde el temor de que se cumpla la expectativa, de que algo ocurrirá o evitaremos que ocurra después de dar, estamos dando desde el interés y eso no se llamaría generosidad, sería otra cosa.
Cuando das algo no tiene por qué ser necesariamente algo material. Puedes dar tu tiempo, tu conocimiento, tu cariño; puedes dar una sonrisa y por supuesto también puedes dar dinero. Pero desde esta perspectiva, solo debes dar cuando lo que das eleva en algún sentido la vida de la persona que lo recibe. Por eso en ocasiones para ser generosos hay que “no dar”.
También somos generosos cuando recibimos de buena gana lo que otros nos dan disfrutando. Al fin y al cabo, dar y recibir son las dos caras de la misma moneda. Por tanto, hay que ser buenos “dando” y buenos “recibiendo”. En realidad, si no sabes recibir poco puedes ofrecer.
En el budismo la generosidad es la primera de las virtudes (paramitas). Una sangha sin generosidad no es una sangha. No deberíamos descuidar esta virtud que es tan poderosa para acercarnos a la felicidad.
Si no hubiera personas generosas no habría habido Buda, ni por lo tanto su enseñanza. Tampoco existiría Baraka si el mundo estuviese vacío de generosidad.
Nos gustaría entonces pedir un deseo: que no haya ninguna persona que ignore la acción benévola de la generosidad ahora y por siempre.

Vuestra generosidad nos permite existir.

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